
Fue un día inolvidable que había intentado preparar lo mejor posible, tanto la misma celebración de la eucaristía como personal y espiritualmente.
En lo personal tengo que decir que mi Parroquia se preocupo mucho de los que nos íbamos a confirmar, ya que el miércoles anterior tuvimos un oración muy fructífera que fue realizada por unos jóvenes de la Parroquia que se habían confirmado hace pocos años y que, además del ejemplo suyo, nos dejaron una idea en la cabeza: ¿Qué sentido queremos dar a nuestra vocación de cristianos? A esta oración yo pude acudir desde el Seminario, ya que me desplacé a Carchelejo con mi párroco, que es D. Francisco Carrasco. Luego, el jueves se desarrollo un acto penitencial con confesiones y la preparación del templo; este día yo no asistí ya que tengo la suerte de tener a mi padre espiritual, que es Andrés Segura Moya y, además, a mi rector, José María Romero; ellos hablaron conmigo y mi rector me proporciono oraciones y reflexiones adecuadas a el sacramento que iba a recibir.
Y, por fin, llega el día. No sé por qué, pero sentía un cosquilleo en el estómago que pocas veces he sentido antes y que –como le dije a mi tía la noche anterior– quizás fuera por recibir un sacramento preparado, convencido, y además recibirlo siendo, con orgullo, seminarista menor.

Después de la celebración y de las felicitaciones, subí a agradecer a don Ramón su presencia y él con un gran cariño me felicitó y me dijo que se alegraba de que hubiera recibido la Confirmación. D. Ramón se paró a saludar a las gentes de la parroquia y también saludó a mis tías, mis padres y mis abuelos, a los cuales le dijo que eran lo más importante de la familia, cosa cierta ya que les agradezco tanto a ellos como a toda mi familia que hayan hecho lo que prometieron un día en mi bautismo, que no era otra cosa sino la de hacer crecer la luz de mi fe.
Por último, bajamos a los salones de la parroquia todos los familiares de los confirmados, el párroco, D. Ramón y su secretario. Allí tuvimos un rato de convivencia y allí también dimos unos regalos tanto a las catequistas que nos han acompañado en este tiempo de preparación a la Confirmación, como a nuestro último catequista, que seguirá siendo nuestro párroco y amigo (D. Francisco), para agradecerle a ellos el tiempo que nos han dedicado y todo lo que han hecho por nosotros.
Para acabar, quisiera pediros que pidáis, no por mí ni por los que nos confirmamos en Carchelejo, sino por todos los que “deberían” confirmarse y no lo hacen porque otros amigos no lo hacen o simplemente porque se creen mejores.
Espero que os haya gustado a los que lo haveis leido y que ojala que el espiritu santo llege a todos nosotros con su fuerza
ResponderEliminarprecioso alfonsoo ... te felicitoo!
ResponderEliminarPUES MUY BIEN ME HA GUSTADO LA CRONICA.
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