El día a día de los seminaristas menores es muy diferente según en el curso que estés. Los seminaristas que estudian Bachillerato en el colegio “Santa María de la Capilla” de los Hermanos Maristas se levantan a las seis y media, ya que la oración de la mañana empieza a las siete menos cinco. Desayunan a las siete y cuarto porque el autobús que los recoge para ir al Colegio los recoge a las ocho menos cuarto. A las ocho comienzan las clases hasta las dos y media, en que nos recoge algún sacerdote y nos sube para la comida, que es a las tres de la tarde.
Mientras, los seminaristas de Secundaria que van al colegio “Divino Maestro”, se levantan a las siete, ya que la oración de la mañana es a las siete y cuarto. A las siete y media desayunan y a las ocho menos 10 minutos marchan hacia el colegio, ya que sus clases comienzan a las ocho y acaban a lasa dos y media.
A las tres comemos todos los seminaristas juntos hasta las tres y media. De tres y media a cuatro y cuarto hay un descanso. A las cuatro y cuarto empieza la primera sesión de estudio cada uno en su habitación individual hasta las seis menos cuarto, en que de nuevo tenemos otro descanso que va desde las seis menos cuarto hasta las siete menos cuarto; este descanso lo empleamos para hacer deporte, merendar, etc.
La segunda sesión de estudio es colectiva y su objetivo es realizar los trabajos o ejercicios que mandan en clase. Además, todas las tardes vienen profesores de apoyo de Matemáticas, Lengua e Inglés. Esta segunda parte va desde las siete menos cuarto hasta las ocho y cuarto.
Todos los días tenemos Eucaristía que empieza a las ocho y cuarto en nuestra capilla. Después a las nueve es la cena hasta las nueve y media. De nueve y media a diez y cuarto hay otro rato de estudio, para ejercicios que nos han faltado y repasar todo por si se nos olvida algo. De diez y cuarto a diez y media tenemos la oración de la noche y a las diez y media cada uno se va a su cuarto a descansar.
Una jornada intensa, pero apasionante, donde hemos de aprovechar hasta el último minuto.
Cristóbal Plaza.
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