En el fin de semana de los días 17 y 18 de diciembre hemos participado en la convivencia del Centro Vocacional “Manuel Aranda”, coordinada por el Delegado episcopal de Vocaciones. A esta convivencia asistieron los seminaristas en familia, los seminaristas internos, otros adolescentes y algunos seminaristas mayores, que colaboraron en su realización.
La convivencia se inició el viernes con el recibimiento de los seminaristas en familia y a continuación una Eucaristía con todos los seminaristas. Después, la cena y una película para compartir un buen rato, pudiendo así pasar un rato de alegría.
El sábado por la mañana comenzamos el día saludando al Señor; por eso, compartimos un buen rato con él en el taller de oración, orientado tanto éste como el del domingo por D. José María Romero. A continuación, el desayuno y después recibimos a todos los que asistieron a la convivencia.
Ya todos empezamos con unas dinámicas dirigidas por D. Ildefonso Rueda sobre el discernimiento de la vocación, en las que nos intentaba reflejar el sentido de la amistad, el espíritu de servicio y seguir de cerca a Jesucristo.
Después de estas dinámicas nuestro superior D. Agustín Rodríguez nos relató brevemente la vida de S. Juan de la Cruz y su vocación, que estuvo llena de sacrificio y entrega por Jesús.
Por la tarde nos estuvieron explicando el sentido del proyecto personal de vida y, a continuación, tuvimos tiempo para reflexionar sobre él y revisarlo. Luego nos dirigimos hacia la Parroquia de San Juan de la Cruz para celebrar la Eucaristía –presidida por nuestro Rector– con los feligreses de dicha parroquia y con el párroco.
A nuestro regreso al Seminario cenamos, vimos una película y después descansamos hasta el domingo, que comenzamos junto a Jesús en el taller de oración y la Eucaristía. Con el desayuno clausuramos la convivencia.
ANTONIO TROYA
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