En la charla
afectiva de este mes (celebrada el día 9 de mayo) hemos tratado diferentes temas de las relaciones sexuales
de un joven.
Estas
sesiones nos dan mucha ayuda a nosotros los seminaristas para que nos demos
cuenta de cómo debemos de vivir una sexualidad sana y, sobre todo, para
nosotros, que somos jóvenes.
La dimensión
sexual de nuestra persona la podemos ver desde dos puntos de vista: la
genitalidad y la sexualidad. Ésta es una dimensión que nos diferencia a los hombres de las mujeres, no sólo físicamente (genitalidad), sino también en nuestra manera de ser, en gustos, temperamento, etc., que se realiza en la entrega por amor (también en el celibato). Por eso, nuestros formadores nos ayudan a que nosotros
demos fe de nuestra sexualidad y que siempre tengamos presente de que somos seminaristas.
También esto nos ayuda para nuestro crecimiento como jóvenes seminaristas en el
amor y para nuestro desarrollo de jóvenes normales como otros.
Un tema del
que hablamos fue el de la masturbación. Lo que puede comenzar por curiosidad,
se convierte en una búsqueda egoísta de placer, llegando incluso al vicio,
creando una adicción grande en el joven, que puede tener consecuencias
negativas en su vida.
Fidel Ramos
Osete.
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