La primera oración de cada día son las laudes: es una oración que hacemos toda la comunidad. Consta de un canto, un salmo recitado a dos coros; después, una lectura breve de alguna parte de la Biblia, unas preces o peticiones; por último, el padrenuestro, la oración final y un canto a la Virgen.
A continuación de los laudes realizamos la oración personal durante 15 minutos, en la que hablamos con el Señor de tú a tú, nos contamos cosas personales sobre nuestra vida, ya sea sobre nuestros problemas o qué vamos a hacer en el día, seguimos unas dinámicas a través de cuadernillos de iniciación a la oración, que es dirigida por nuestros superiores.
En la tarde una breve oración antes de comenzar a estudiar, en la que le pedimos ayuda al Señor para que nos auxilie en este nuestro trabajo diario, y nos de fuerza y sabiduría.
Al terminar todas nuestras tareas, celebramos la Eucaristía en la que damos gracias a Dios por el día que estamos llevando a cabo. Entramos un poco antes de que comience en la capilla para poner todos nuestros sentidos en el Señor, ya que en esos momentos debemos concentrarnos en él.
La oración de completas, para concluir el día, consta de una acción de gracias de todo el intenso día, y también nos despedimos del Señor; utilizamos un salmo, la lectura breve de la Biblia, el cántico de Simeón, la oración final y un canto a la Virgen.
En definitiva, intentamos estar en diálogo con el Señor todo el día, para permanecer atentos a su voluntad y a sus deseos sobre cada uno de nosotros.
David Ramos Osete
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