Nuestro director espiritual, D. Andrés Segura, nos convocó en la noche del día 20 de octubre, para hablarnos sobre nuestra formación espiritual, poco después de comenzar el curso.
Está reunión trataba sobre la parábola del sembrador. El sembrador siembra semillas y unas caen sobre rocas, pero como no tienen tierra, es decir, una buena base, se secan. Otras caen sobre tierra de abrojos y como son plantas malas y grandes, se debilitan. Y, por último, otras caen sobre tierra buena, nacen y tienen mucho fruto.
Esto quiere decir que algunas veces, los cristianos no damos fruto pero ¿por qué? Porque no comprendemos, por las preocupaciones, porque tenemos amigos que nos llevan por mal camino… El sembrador celestial es Jesús y las semillas son nuestra esperanza, nuestra caridad, todas las virtudes…
Jesús quiere llenar tu campo y el mío de semillas, para que cuando estén listas las pueda recoger. Algunas veces nos da alegría romper cosas, hacer el travieso para creernos y ser chulos… pero la alegría verdadera no se siente así, sino haciendo el bien y ayudando a todos.
Así concluyó la reunión.
Está reunión trataba sobre la parábola del sembrador. El sembrador siembra semillas y unas caen sobre rocas, pero como no tienen tierra, es decir, una buena base, se secan. Otras caen sobre tierra de abrojos y como son plantas malas y grandes, se debilitan. Y, por último, otras caen sobre tierra buena, nacen y tienen mucho fruto.
Esto quiere decir que algunas veces, los cristianos no damos fruto pero ¿por qué? Porque no comprendemos, por las preocupaciones, porque tenemos amigos que nos llevan por mal camino… El sembrador celestial es Jesús y las semillas son nuestra esperanza, nuestra caridad, todas las virtudes…
Jesús quiere llenar tu campo y el mío de semillas, para que cuando estén listas las pueda recoger. Algunas veces nos da alegría romper cosas, hacer el travieso para creernos y ser chulos… pero la alegría verdadera no se siente así, sino haciendo el bien y ayudando a todos.
Así concluyó la reunión.
Sergio Becerro Bolívar
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