miércoles, 14 de abril de 2010

Gracias por ser sacerdote


Hace poco fui a Misa.
Sentía una necesidad de ir a la Iglesia
y saludar a Jesús,
de participar de la Eucaristía.

Me encontré con un sacerdote diferente.
Celebraba la Misa con una particular devoción.
Me impresionó cuando elevó
las especies consagradas
y las miraba con tal cariño,
con una ternura tan grande y profunda,
que te llegaba al alma.

La Misa continuó
y nos sentimos transportados al Paraíso,
en la presencia de Jesús.
Cuando terminó, fui a la sacristía,
y le dije emocionado:
– “Gracias... por ese amor
y delicadezas con el buen Jesús,
por su amor a Jesús Sacramentado”.

Me tomó de las manos agradecido.
Sonrió y me dijo algo que nunca olvido:
– “Rece mucho por mí”.

En ese momento pensé:
“¿Cómo un hombre santo
me pide que rece por él?”

A menudo reflexiono en ello:
“Rezar por los sacerdotes”.

Comprendí que se parecen tanto a nosotros.
Y, a la vez, son tan diferentes.
Tienen algo de sagrado,
un Cristo metido en sus almas,
que nos ve a través de ellos
y nos bendice y nos perdona.

Pienso también en su gran lucha espiritual.
Son los más atacados y golpeados.
Por los que no les comprenden.
Por los que hablan mal de ellos.

¿Te has dado cuenta?
Cargan con sus problemas y con los nuestros.
Es justo que también lleven, en sus almas,
nuestras oraciones y nuestro afecto.

Siempre he tenido un cariño muy particular
por los sacerdotes, sin importar su carácter,
su raza o su idioma.
Me han dado los mejores consejos.
Han estado presentes en los momentos
más importantes de mi vida.
Y he tenido la gracia de conocer
y cultivado la amistad de algunos.

Qué bueno saber que aún hay almas
que se atreven a vivir el Evangelio,
a escuchar el llamado de Jesús.
Hay que ser valientes, decididos,
y tener una confianza grande
en la voluntad del Padre.
Abandonarse en sus brazos.

Esto es un sacerdote:
un Cristo en la tierra.

Pidamos por ellos,
para que Dios, en su bondad infinita,
les preserve de todo mal
y los haga crecer en santidad.

¿Eres sacerdote? Gracias.
Gracias, por tu entrega.
Gracias por tu amor a Jesús Sacramentado.
Por tu fidelidad.
Por enseñarnos el camino.
Dios te bendiga.

Claudio de Castro
Catholic.net

1 comentario:

  1. muy pocas veses nos damos cuenta de que por medio de los saserdotes nos habla DIOS y su HIJO JESUS pero cuando llega ese momento las palabras sobran porq el gozo es mas grande.

    ResponderEliminar