He entrado en el Seminario tras estar un año de seminarista en familia y participar en las convivencias vocacionales mensuales. Mis amigos, los seminaristas internos de Noalejo, me enseñaron y explicaron lo que es el Seminario, de manera que me animaron a ingresar en el Seminario Menor. Aquí mi empeño e ilusión es encontrar mi verdadera vocación, lo que Dios espera y quiere de mí. Y espero conseguirlo con la ayuda de mis formadores: Don José María, el Rector; Don Agustín, el Vicerrector; Don Andrés, el Director espiritual; Don Manuel, el confesor; y Don Juan Carlos, el sacerdote colaborador.
Me preocupo por los adolescentes y jóvenes que no se deciden a entrar en el Seminario por vergüenza, por situaciones económicas o familiares, para que Dios les ayude y se pongan en contacto con los formadores.
Pedid por las vocaciones sacerdotales y por todos los seminaristas. Muchas gracias.
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