Este mes de mayo en el
Seminario Menor ha sido dedicado muy especialmente a la Virgen María. Varias
tareas hemos pretendido realizar: adquirir una virtud en este mes que veamos
retratada en la Virgen; potenciar nuestra oración a María; y descubrirla como
compañera de camino en el “sí” que hemos de dar a Dios.
En consecuencia, el lema
del mes ha sido “Juntos construimos con María”. La oración de la noche ha sido
especialmente dedicada a la Virgen, reflexionando sobre alguna virtud o actitud
de ella. Además, para potenciar el encuentro con María en la oración hemos
variado un poco la dinámica de estos domingos de mayo por la tarde: en vez de
la exposición del Santísimo, rezábamos el Rosario ante las imágenes de la
Virgen existentes en nuestra casa y los misterios que orábamos eran de diversos
temas, como la vocación, la oración, etc.; ha sido muy beneficioso porque era
un momento de oración a nuestra buena Madre. Por otro lado, la presencia de
María en el día a día ha sido constante, lo que nos ha ayudado para darnos
cuenta de cómo fue nuestra Madre, quien dio un testimonio fiel y entregado en
todo momento a Jesús y nos muestra el camino hacia Cristo, siendo nuestra
intercesora principal ante él.
Antonio Troya.
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